La Trampa de la Muerte

Título: La Trampa de la Muerte

Autor: Luis Bustillos Sosa

Categoría: Cuentos Cortos de Misterio y Suspenso

El siguiente cuento corto es una bonita historia de misterio y suspenso que también nos regala varias enseñanzas. Sin más preámbulos aquí se las presentamos, esperando que sea de su agrado.

Los ruidos de la cadena que aseguraba el portón de la vieja bodega hicieron que regresara de un profundo sueño. Como pude, abrí mis empañados y legañosos ojos; estaba tan débil y adolorida que no lograba averiguar qué me había sucedido.

En aquella oscuridad, mis rasgadas pupilas me hicieron entender que estaba en un lugar desconocido. Sentí miedo, quise correr y salir de allí, para dejar atrás al peligro que me acechaba; pero no pude lograrlo.

La Trampa de la Muerte - Cuentos Cortos de Misterio y Suspenso

Tenía ganas de salir “disparada”, alejarme de ese solitario cuarto y luego cavilar con claridad qué hacer. Pensé que el letargo en que había estado me tenía así: desganada, sin fuerzas y muy aturdida.

La Trampa de la Muerte es un cuento corto de misterio escrito por Luis Bustillos Sosa

 

Volví a intentarlo, reuní valor y determinación; pero de nuevo fracasé. Era inútil, todo sería en vano; pues me di cuenta que una feroz dentadura de fierro me aprisionaba entre sus fauces; no sentía la parte trasera de mi cuerpo… ya estaba muerto.

—¿Estás seguro que es Tita? —preguntó uno de los hombres cuando la puerta se abrió.

—Si hermano, creo que es la misma; acércate para que la veas —dijo otro de los recién llegados.

Atisbé que un par de siluetas se aproximaban hasta mí y cuando estuvieron cerca; reconocí a alguien que en sus llorosos ojos reflejaba una profunda tristeza, quizá causada por mi situación. Al verme en el espejo de su mirada, los recuerdos se agolparon en mi mente y comprendí cómo es que había llegado hasta allí, cayendo en la trampa de la muerte.

Tiempo atrás, yo vivía en una ciudad; ésta no era tan enorme, pero si era un lugar en donde conocí el sufrimiento, la miseria y el hambre. Aprendí a sobrevivir como pude, en cierta ocasión cuando pensé que al fin tendría una familia, el hombre de la casa me echó a la calle por comerme un delicioso pescado de él y de nuevo me vi vagando sin rumbo fijo en esa pequeña urbe.

Meses después mi suerte cambió, conocí a un joven muy bueno que me trajo a vivir a este pueblo en donde encontré un verdadero hogar. El muchacho me dejó a cargo de sus padres y ellos me entregaron todo su cariño, además de sus atenciones. Todo había cambiado, era muy feliz, tenía una bonita familia hasta que llegaron un par de intrusos.

—¿Te refieres a nosotros? —preguntaron las dos criaturas de ojos saltones que venían junto con los dos hombres.

—Sí, hablo de ustedes amiguitos —respondió Tita.

—No deberías pensar así, eres una gatita a quien el amo quiere mucho —expresaron los dos chihuahueños—. Si supieras cuánto te ha buscado y desgraciadamente te hemos encontrado así.

—¡Lo sé! —repuso el infortunado animalito—. Lo he mirado en sus ojos, sé el amor que me tiene; pero es demasiado tarde ya que mis tontos celos me llevaron a dejar ese hogar y han hecho que caiga en esta maldita trampa de la muerte.

—¡Sí!, te vez muy mal —dijeron los perritos con tristeza.

—Me lo merezco por tonta —maulló Tita con desaliento.

Su amo muy afligido, después de liberarla la tomó entre sus brazos y la acarició con ternura. Luego, la gatita con ronroneos se acercó a su rostro para pedirle perdón; pues sabía que su final estaba por llegar. Y así fue, ya no vagaría más, desde ese instante su alma se encaminaba hacia un mundo donde los gatitos no sufren; lo único que existe allá es la felicidad.

Esperamos que esta triste historia de suspenso y misterio haya sido de tu agrado , en la cual se nos entregan algunas enseñanzas que nos harán reflexionar. Si te gustaría disfrutar de otros cuentos cortos con lindos mensajes, te invitamos a que sigas visitando nuestro sitio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *